lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Es O-Sensei realmente el padre del Aikido moderno?

por Stanley Pranin

Aikido Journal #109 (Fall/Winter 1996)

Traducido por Claire Graham / Aikido-France.net         

Cuando me establecí de forma definitiva en Japón en Agosto de 1977, tomé la decisión personal de estudiar en Iwama bajo la dirección de Morihiro Saito Sensei. En el fondo, lo que me atrajo hacia Iwama fue el énfasis en la firmeza y la precisión de la técnica, y la inclusión del aikiken y del aikijo en el curriculum de entrenamiento. Estoy seguro de que la proximidad del templo Aiki, y el hecho de que el entrenamiento en Iwama se desarrollaba en el dojo personal de O-Sensei, fueron también factores contribuyentes.
Al mismo tiempo, me apresuro a decir que no consideraba que la técnica de Saito Sensei fuera una continuación fiel del aikido del fundador, sino que le consideraba más bien como un maestro de la técnica a título propio. Ahora, retrospectivamente, veo que incluía a Saito Sensei en la misma categoría que los maestros bien conocidos como Koichi Tohei, Shoji Nishio, Seigo Yamaguchi y otros, todos ellos expertos y habiendo desarrollado estilos de enseñanza originales que, aunque inicialmente inspirados en Morihei Ueshiba, habían evolucionado en direcciones bastante diferentes.
Recuerdo claramente que aunque mi habilidad con el idioma japonés fuera bastante limitada en esa época, conseguí transmitir mis pensamientos a Saito Sensei sobre este tema y mis dudas respecto a que su aikido fuera el mismo que el del fundador tal y como aseguraba. Mi percepción se basaba en el hecho de que la técnica de Saito Sensei parecía bastante diferente del aikido del fundador que había visto en películas. Bastante divertido por mi escepticismo y seguramente por mi descaro, ya que yo era estudiante suyo, él me explicó con mucha paciencia que el motivo de mi confusión era que la mayoría de lo que se había conservado en las películas del fundador eran demostraciones. Me explicó que durante demostraciones públicas las técnicas del fundador eran muy diferentes de las que enseñaba en el dojo en Iwama. Saito Sensei siguió insistiendo en que su responsabilidad era la de transmitir de forma fiel el aikido del fundador y que su intención no era la de desarrollar un “Saito-ryu aikido”.
A pesar de sus esfuerzos, yo seguía teniendo fuertes dudas sobre el asunto aunque nunca cuestioné mi admiración por su destreza técnica. Entonces un día, dos años después de mi llegada, estaba realizando una entrevista a Zenzaburo Akawaza, un uchideshi (alumno interno) de Morihei Ueshiba anterior a la guerra, de la época del Kobukan Dojo. El Señor Akazawa me enseñó un manual técnico publicado en 1938 y titulado “Budo” que nunca había visto antes. Contenía unas cincuenta técnicas demostradas por el fundador en persona. Mientras iba pasando las páginas del manual, me quedé asombrado de ver que la ejecución de varias técnicas como ikkyo, iriminage y shihonage eran prácticamente idénticas a las que había aprendido en Iwama bajo la dirección de Saito Sensei. El Sr. Akazawa me prestó amablemente el libro y me apresuré a enseñárselo a Saito Sensei.
Siempre recordaré la escena de cuando llamé a la puerta de Sensei para compartir con él mi nuevo descubrimiento. Para mi sorpresa, él nunca había visto u oído hablar de este libro. Puso sus gafas para leer y hojeó el manual, escudriñando atentamente las secuencias técnicas. Me vi obligado en ese momento a pedirle disculpas por haber dudado de su afirmación que hacía todo lo posible por preservar las técnicas del fundador. Saito Sensei se rió y se exclamó, obviamente con gran deleite, “Ves, te lo había dicho!”. A partir de ese momento (aproximadamente 1979) hasta hoy, Saito Sensei siempre viaja a sus cursos de aikido con una copia de “Budo” para utilizar como prueba y demostrar que una técnica particular originó en las enseñanzas del fundador.
Es obvio que también me vi obligado a admitir que existía al menos un profesor que divulgaba el aikido de una forma fiel a las enseñanzas originales del fundador. ¿Pero rebatía esto mi teoría general de que los estilos de aikido practicados ampliamente hoy en día tienen poco que ver técnicamente y filosóficamente con el arte del fundador? Considere lo siguiente. Si acude a los dojos de cualquiera de los principales maestros, se percatará de que los movimientos de sus alumnos se parecen mucho a los de su profesor. Admitámoslo, serían estudiantes malos si no hicieran todos los esfuerzos posibles por emular los movimientos de sus maestros. A menudo es posible discernir a los alumnos de un maestro en particular en el contexto de una demostración multitudinaria en la cual los participantes proceden de muchos dojos diferentes. ¿Por qué existe tanta diferencia entre los estilos principales de aikido si todos los shihan estudiaron bajo la dirección directa del fundador?
Algunos han dicho que el arte del fundador cambió mucho a lo largo de los años y que eso explica las diferencias en las técnicas de sus alumnos que estudiaron en diferentes épocas. Otros afirman que O-Sensei enseñaba cosas diferentes a estudiantes diferentes de acuerdo con sus caracteres y habilidades. Nunca me ha convencido ninguno de estos dos argumentos. En realidad, cuando descubrí hace muchos años la película antigua de Asahi News de 1935, me sorprendió lo “moderno” que era el arte del fundador en esta etapa precoz. Además, el fundador solía enseñar a alumnos en grupo, no de forma individual, y eso por lo tanto no apoya la teoría de que adaptaba su instrucción a las necesidades de alumnos individuales.
No, yo creo que existe una explicación para esta divergencia considerable de estilos. Creo que se debe principalmente al hecho de que muy pocos de los estudiantes de O-Sensei entrenaron bajo su dirección durante un periodo de tiempo prolongado. Con la excepción de Yoichiro (Hoken) Inoue, un sobrino de Ueshiba, Gozo Shioda, el fundador del Yoshinkan Aikido, y Tsutomy Yukawa, los uchideshi de O-Sensei de antes de la guerra estudiaron un máximo de quizás 5 a 6 años. Esto era ciertamente suficiente para llegar a ser competentes en el arte, pero no bastante para dominar el amplio repertorio técnico del aiki-budo con sus numerosas sutilezas. La mayoría de esos jóvenes vigorosos que se enrolaron como uchideshi se vieron obligados a hacer su servicio militar. Además, sólo un puñado de esos primeros deshi reanudaron su práctica después de la guerra.
Lo mismo puede decirse del periodo posterior a la guerra. Los iniciados de ese periodo incluyen a personajes tan conocidos como Sadateru Arikawa, Hiroshi Tada, Seigo Yamaguchi, Shoji Nishio, Nobuyoshi Tamura, Yasuo Kobayashi y posteriormente Yoshimitsu Yamada, Mitsunari Kanai, Kazuo Chiba, Seiichi Sugano, Mitsugi Saotome y varios más. Shigenobu Okumura, Koichi Tohei y Kisaburo Osawa forman un grupo bastante único en que practicaron solamente de forma breve antes de la guerra pero consiguieron un grado de maestro después de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno de esos maestros permaneció por periodos largos estudiando directamente bajo la supervisión de O-Sensei. Esto puede parecer una afirmación escandalosa pero inspeccionemos los hechos históricos.
Antes de la guerra, Morihei Ueshiba utilizó como base el Dojo Kobukan en Tokyo pero estuvo también muy activo en el área de Kansai. En realidad, en una época llegó a tener una casa en Osaka. A lo largo del tiempo ha llegado a ser evidente para mí, al escuchar los testimonios de los veteranos, que el fundador se movía mucho y pasaba quizás de una a dos semanas cada mes fuera del Dojo de Kobukan. También, recuerde que los primeros uchideshi fueron reclutados como profesores debido a la popularidad creciente del arte y a las múltiples actividades de la Budo Senyokai promovida por el Omoto (Sociedad para la Promoción de las Artes Marciales) y dirigida por Ueshiba. Estos pioneros estudiaron durante periodos relativamente cortos, estuvieron en contacto con el fundador únicamente de forma limitada debido a sus frecuentes ausencias del dojo y ellos mismos se marchaban a menudo del dojo central para ejercer su magisterio.
Durante la guerra y en los años siguientes, O-Sensei se quedó en Iwama. Finalmente, a partir de principios de los años 50 reanudó sus viajes con visitas ocasionales a Tokyo y a la región de Kansai. Al final de los años 50 la frecuencia de sus viajes aumentó y parece que nadie sabía nunca dónde estaría en un momento dado. Dividía su tiempo entre Iwama, Tokyo y sus lugares favoritos en Kansai incluido Osaka, Kameoka, Ayabe, su Tanabe natal y Shingu. Llegó a visitar Kanshu Sunadomari en el lejano Kyushu. Recuerdo escuchar a Michi Hikitsuchi Sensei afirmar que O-Sensei visitó Shingu más de sesenta veces tras la guerra. Si consideramos que esto se refiere a un periodo de unos doce a quince años, vemos que el fundador permanecía en Kansai una media de cuatro a seis veces al año.
El lector astuto se dará cuenta seguramente de a donde quiero llegar. O-Sensei no enseñó en Tokyo de forma habitual después de la guerra. Y cuando aparecía en el tatami, a menudo pasaba gran parte de la hora hablando de temas esotéricos totalmente fuera de la comprensión de los estudiantes presentes. Los maestros principales en el Hombu Dojo en los años posteriores a la guerra eran Koichi Tohei Sensei y el actual Doshu Kisshomaru Ueshiba. Les ayudaban Okumura, Osawa, Arikawa, Tada, Tamura y la generación siguiente de uchideshi mencionada anteriormente.
Quiero dejar muy clara mi opinión. Lo que quiero decir es que Morihei Ueshiba NO era la figura principal que enseñaba de forma diaria en el Hombu Dojo. O-Sensei aparecía por allí a intervalos imprevisibles y a menudo sus enseñanzas se centraban en temas filosóficos. Tohei y Kisshomaru son los que más responsables son del contenido técnico y del desarrollo del aikido dentro del sistema Aikikai Hombu. Al igual que antes de la guerra, los uchideshi de los años posteriores enseñarían fuera del Hombu Dojo en clubes y universidades sólo tras un periodo relativamente corto de aprendizaje. También, este periodo se caracterizó por una “inflación de danes”, promoviendo a muchos de los jóvenes maestros a un ritmo de un dan al año. En algunos casos, también se “saltaron” rangos. ¡Pero ése es un tema para otro artículo!
¿Qué significa todo esto? Significa que la opinión general de que la propagación del aikido, ocurrida bajo la tutela directa del fundador, tras la guerra, es fundamentalmente errónea. Tohei y el Doshu actual se merecen la mayor parte del mérito y no el fundador. Además significa que O-Sensei Morihei Ueshiba no estuvo seriamente implicado en la instrucción o la administración del aikido en los años posteriores a la guerra. Ya llevaba mucho tiempo jubilado y muy centrado en su entrenamiento personal, desarrollo espiritual, viajes y actividades sociales. También debería notarse que a pesar de su imagen estereotipada de hombre viejo dulce y bueno, O-Sensei también poseía unos ojos penetrantes y un temperamento heroico. Su presencia no siempre era deseada en el Hombu Dojo debido a sus comentarios críticos y sus arrebatos frecuentes.
Esta es la verdad sobre el tema, tal y como han dado fe numerosos testigos de primera mano. En el pasado, he insinuado algunas de estas cosas, pero sólo me he sentido bastante seguro recientemente para expresar mi opinión como resultado de la evidencia de peso recogida de numerosas fuentes cercanas al fundador. No puedo afirmar que estos comentarios ayudarán necesariamente a los practicantes en su entrenamiento o los acercará a sus objetivos, pero espero sinceramente que, al esclarecer la verdad sobre un tema importante, las personas dedicadas al aikido tendrán un conocimiento profundo en el que basar sus opiniones. También espero que la figura clave de Koichi Tohei, que en los últimos años ha estado relegada a un papel periférico o totalmente ignorado, recibirá el mérito que se le debe.